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El pasado miércoles 7 de mayo comenzó en la Capilla Sixtina el cónclave que reuniría a 133 cardenales electores procedentes de distintos países, con el objetivo de elegir al sucesor del papa Francisco, quien falleció el 21 de abril. La jornada inaugural concluyó sin consenso, como indicó la fumata negra. Las dos votaciones realizadas el jueves por la mañana tampoco dieron fruto. No fue hasta la tarde de ese mismo día cuando, tras una nueva ronda de votación, se alcanzó finalmente un acuerdo. A las 18:08, una fumata blanca se alzó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, desatando los aplausos de la multitud congregada en la plaza de San Pedro. Poco después, el cardenal protodiácono pronunció el esperado ‘Habemus Papam’: el elegido fue Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV. Se convierte así en el papa número 267 y el primero de origen estadounidense.

Durante su pontificado, iniciado en marzo de 2013, Francisco fue una figura de diálogo, renovación y esperanza. Se le recordará por su sencillez, su reforma de la Curia, su lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia y su constante llamado a la paz y la fraternidad entre los pueblos. Desde todos los rincones del mundo, fieles y líderes religiosos y políticos han expresado su pesar y han enviado mensajes de condolencia por la partida del Santo Padre. En la Plaza de San Pedro, miles de personas ya se congregan para rendirle homenaje en oración. La Iglesia universal entra ahora en un periodo de luto y reflexión, esperando el próximo cónclave que elegirá a su sucesor. El Papa Francisco ha fallecido este lunes a los 88 años de edad en el Vaticano, tras varios meses de salud delicada. Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano de la historia y el primero en elegir el nombre de Francisco, deja una profunda huella en la Iglesia católica por su estilo pastoral cercano, su defensa de los más pobres y su apuesta por una Iglesia más sencilla y misericordiosa.

La Iglesia ha iniciado un importante proceso de restauración centrado en la Capilla de la Comunión. Entre las principales actuaciones se encuentra la reparación de la cúpula y las cubiertas, con la reposición completa de la estructura actual y el planteamiento de un nuevo entramado que garantice la seguridad y durabilidad de la nueva cubierta. Además, se están llevando a cabo trabajos de estabilización de grietas mediante cosidos, inyección y sellados, así como la mejora de los sistemas de evacuación de aguas, esenciales para la conservación del edificio. En el ámbito del patrimonio artístico, se han realizado catas parietales con el fin de estudiar la posible recuperación de recubrimientos y decoraciones originales. También se ha ejecutado un sondeo para verificar la existencia y el estado de conservación del suelo de piedra original de la capilla. Estas intervenciones tienen como objetivo preservar y poner en valor este espacio tan significativo de nuestra iglesia, asegurando su mantenimiento para las generaciones futuras