
Historia de la parroquia
La Parroquia de las Santas Justa y Rufina, situada en el corazón del casco histórico de Orihuela, es uno de los templos más emblemáticos y con mayor arraigo histórico de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XIV, cuando se erigió sobre una antigua mezquita tras la Reconquista cristiana, en honor a las santas mártires sevillanas Justa y Rufina. La elección de estas patronas está vinculada a la tradición que sitúa la liberación de Orihuela del dominio musulmán el 17 de julio de 1243, coincidiendo con la festividad de las santas.
El edificio presenta una estructura de nave única con capillas laterales entre los contrafuertes, característica del gótico catalán. A lo largo de los siglos, ha experimentado diversas reformas y ampliaciones que han dejado una huella significativa de estilos renacentista y barroco en su arquitectura .
Entre sus elementos más destacados se encuentra la portada lateral o del Evangelio, de estilo renacentista, atribuida al arquitecto Juan Inglés. Esta portada reproduce el estilo de arco del triunfo, difundido por el propio arquitecto en la ciudad tras su llegada desde Tortosa .

La portada principal, conocida como «de las Gradas», es una obra barroca realizada en el siglo XVIII por el arquitecto lorquino Antonio Villanueva. En ella se observa la influencia del maestro Jaime Bort, quien también trabajó en el templo poco antes. La parte superior de la portada está decorada con un medallón de las santas titulares de estilo berniniesco.
La torre campanario es otro elemento singular del templo. De estilo gótico, está decorada con pináculos y posee una bóveda de crucería en el cuerpo de campanas. Junto con el Miguelete de la Catedral de Valencia, es uno de los pocos campanarios góticos de esta tipología en la Comunidad Valenciana. Además, alberga una de las piezas de relojería más antiguas de España, datada a principios del siglo XIV.

En el interior, destaca la Capilla de la Comunión, construida en el siglo XVIII por Antonio Villanueva. Concebida en dos partes diferenciadas, presenta una planta ovalada culminada por una cúpula elíptica. La capilla alberga un hermoso retablo barroco clasicista del siglo XVIII, realizado por el tallista José Ganga y Ripoll, presidido por una talla gótica de la Virgen del Rosario .
La sacristía, diseñada por el arquitecto valenciano Jaime Bort en 1744, es un ejemplo destacado del estilo rococó. Su planta cuadrada y diáfana, con bóveda adintelada y decoración barroca, refleja el gusto arquitectónico de la época. El mobiliario, realizado por el tallista Nicolás Porcel, pone en evidencia el apogeo de los talleres de tallistas existentes en la ciudad en el siglo XVIII .

Durante la Guerra Civil Española, el templo sufrió importantes daños: el retablo mayor fue quemado, al igual que gran parte de las capillas y el mobiliario. A pesar de ello, la iglesia conserva un valioso patrimonio mueble, destacando el retablo de la Capilla de la Comunión y el de la Capilla de San Antonio, así como una imagen gótica de la Virgen del Rosario .
En reconocimiento a su valor histórico y artístico, la iglesia fue declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural en 1971 .

No obstante, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento han afectado su estado de conservación. La Capilla de la Comunión presenta importantes grietas en su cúpula, y parte del techo de la sacristía se ha derrumbado. La torre campanario también muestra signos de deterioro, con gárgolas sujetas por alambres y una escalera en mal estado. Por estos motivos, el templo fue incluido en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra en 2020, alertando del riesgo de derrumbe si no se actúa de inmediato .