
Vista de la parroquia
Descubre todos los rincones, salas, objetos y símbolos más importantes de nuestra histórica parroquia de las Santas Justa y Rufina de Orihuela.
Exterior del Templo
La Portada Norte
La portada norte es uno de los accesos más antiguos y sobrios del templo. Presenta un estilo gótico con reminiscencias renacentistas, y su arco apuntado enmarca una puerta de madera maciza que ha sido testigo del paso de generaciones.

Un detalle especialmente llamativo son las figuras de ángeles talladas en piedra que custodian la entrada desde las alturas. Estas esculturas, cargadas de simbolismo, representan la protección divina y aportan un aire celestial al conjunto arquitectónico. Flanqueada por columnas y molduras ornamentales, esta portada es una joya que une arte y espiritualidad.


La Torre Campanario y el Reloj
Visible desde numerosos puntos de la ciudad, la torre campanario se alza majestuosa junto al templo como uno de los elementos más emblemáticos de la parroquia. De estructura robusta y estilo sobrio, destaca por su altura y su función tanto litúrgica como cívica.

Junto a ellas, el reloj de la torre se convirtió en una referencia visual y sonora para los oriolanos, anunciando las horas con precisión desde lo alto. Su esfera, visible desde la plaza, y su mecanismo tradicional, son un símbolo de continuidad y memoria.

En su parte superior alberga un conjunto de campanas que durante siglos han marcado el ritmo de la vida religiosa de Orihuela. Cada repique, ya sea festivo o solemne, ha acompañado a la comunidad en sus momentos más significativos.
La Fachada Principal
Conocida popularmente como la fachada de los Portales, esta entrada principal sorprende por su rica ornamentación barroca. Las figuras escultóricas, los capiteles decorados y el juego de volúmenes y sombras la convierten en una auténtica obra de arte religiosa.


Uno de los elementos más destacados es el medallón central situado sobre la puerta, que representa en relieve a las Santas Justa y Rufina, patronas del templo. En él se puede apreciar a las santas portando los atributos de su martirio, rodeadas de una rica decoración simbólica que honra su fe y valentía.
Este medallón no solo adorna, sino que recuerda visualmente la devoción que sustenta la identidad de la parroquia. La fachada, por tanto, actúa como umbral sagrado que invita a entrar en un espacio donde la historia, el arte y la espiritualidad se entrelazan.
Bóvedas y Cúpula sobre el Crucero
Una de las joyas del exterior es la cúpula que se eleva sobre el crucero del templo. Revestida con tejas vidriadas, su forma octogonal destaca en el skyline de Orihuela. Las bóvedas que la rodean confirman la solidez del diseño y la maestría constructiva de la época. Desde el exterior, la cúpula simboliza la unión entre cielo y tierra, elevando la mirada y el espíritu de quien la contempla.


Interior del Templo
La Nave Central
La nave central es el eje vertebrador del templo. De proporciones elevadas y elegantes, está cubierta por bóvedas de crucería que transmiten una sensación de verticalidad y recogimiento. El recorrido visual desde la entrada hasta el altar mayor guía al visitante en un trayecto simbólico de acercamiento a lo sagrado. Los pilares que la sostienen reflejan el equilibrio entre fuerza estructural y belleza estética.

El Órgano
El órgano de la parroquia es una joya musical y patrimonial. Ubicado en el coro alto, su imponente caja de madera tallada preside el espacio con elegancia. A lo largo de los años ha acompañado celebraciones litúrgicas, bodas y conciertos, elevando la experiencia espiritual mediante la música sacra.

Más allá de su función sonora, es también una pieza artística, fruto de la maestría de los artesanos que lo construyeron y restauraron.
La Sacristía
La sacristía es uno de los espacios más antiguos y cuidados del conjunto parroquial. Aunque de acceso restringido, es allí donde se preparan los elementos litúrgicos, se custodian ornamentos sagrados y se organizan los ritos.

Su mobiliario antiguo, junto con cajonería tallada, libros litúrgicos y piezas de orfebrería, hacen de la sacristía un pequeño museo vivo del arte religioso.

Urna del monumento del Jueves Santo
Las Capillas Laterales
La Capilla de la Sagrada Familia
Con un ambiente recogido y familiar, esta capilla está dedicada a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo de vida cristiana y unidad. La representación artística muestra a José como custodio, a María como madre protectora y a Jesús niño, símbolo de esperanza.
La capilla fue acondicionada en el siglo XIX, durante una etapa de renovación artística del templo. Se eligió esta advocación en respuesta a los movimientos pastorales que buscaban fortalecer la vida familiar cristiana. Aún hoy, muchas familias acuden a rezar aquí para pedir por la unidad y la paz en sus hogares.

La Capilla Mayor
La Capilla Mayor es el corazón litúrgico del templo. Alberga el altar principal, desde donde se celebra la Eucaristía y los actos más solemnes. Presidida por un retablo de estilo neoclásico, enmarca las imágenes de las Santas Justa y Rufina, titulares de la parroquia.
Su construcción original data del siglo XVI, aunque ha sido objeto de reformas y embellecimientos posteriores. Aquí confluyen elementos de diferentes épocas, integrando el arte con la devoción. La bóveda sobre el presbiterio está decorada con motivos que simbolizan la gloria celestial, mientras que en el retablo se conservan pinturas y esculturas originales restauradas con esmero.

La Capilla de San Antonio de Padua
Esta capilla, ubicada en uno de los laterales de la nave, está dedicada a San Antonio de Padua, uno de los santos más populares de la Iglesia. Su imagen, con el Niño Jesús en brazos y lirios en la mano, transmite ternura y protección.
Fue una de las primeras capillas laterales en recibir culto estable en el templo, hacia el siglo XVII. A lo largo del tiempo, ha sido lugar de promesas y agradecimientos. La tradición de ofrecer flores al santo en su festividad ha perdurado generación tras generación, y muchos fieles se acercan aquí en busca de consuelo y milagros.

El Baptisterio y La Capilla de San Vicente Ferrer
Situado junto a una de las entradas, el baptisterio acoge la pila bautismal de piedra, posiblemente del siglo XVI, donde generaciones de oriolanos han comenzado su vida cristiana. Restaurado con respeto, el espacio simboliza el nuevo nacimiento en la fe, iluminado por una luz natural que evoca la gracia divina.
Muy cerca, la Capilla de San Vicente Ferrer, construida en el siglo XVIII, rinde homenaje al gran predicador valenciano. Su retablo barroco enmarca la figura del santo dominico, venerado por el pueblo. Cada año, en su festividad, la capilla se engalana y acoge una misa en su honor.

La Capilla de la Comunión
La Capilla de la Comunión, también conocida como capilla del Santísimo, es un espacio destinado a la adoración y la oración silenciosa. Aquí se encuentra el sagrario, donde se reserva la Eucaristía, motivo por el cual está siempre decorada con especial reverencia.
Fue construida a finales del siglo XIX, dentro del movimiento litúrgico que promovía capillas exclusivas para el culto eucarístico. Su decoración es sobria, con elementos dorados y mármol, pensados para dirigir la atención al Misterio presente. Es el rincón más silencioso y contemplativo del templo.
